domingo, 30 de diciembre de 2007

Clemente Warnken

Debe ser terrrible y desgarrador perder un hijo, es como perder la razón y el sentimiento para dar paso a la pena descomunal que aflora desde el alma. Lo que le pasó a Cristian Warnken en realidad fue muy penoso. Al leer lo que le escribió en el blog de El Mercurio me aburrí al principio por todas las veces que repetía la palabra "Llora", pero al final me di cuenta del efecto desgarrador que deja plasmado en el último párrafo. Léanlo por favor aquí.

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