lunes, 13 de junio de 2011

Mario Benedetti Puentes como Liebres

Este libro es como una caja de bombones. Cada cuento tiene distinto sabor y siempre entrega algo, un sabor, un recuerdo o que se yo...hay que leerlo.
Algunos trozos:
"Ella apaga la luz, pero a veces algún foco atraviesa las estrías de la persiana y nuestros cuerpos aparecen, pero con barrotes de sombra, casi como dos cebras, esos pobres animales que jamás están desnudos. Nosotros si. Nunca habíamos tenido nuestras desnudeces. Es un descubrimiento. Los besos del goce, las lenguas del apremio, los vellos contiguos por fin se reconocen, se piden, se inquieren, se responden."
"- Vamos a ver. ¿Sería capaz de formar una frase mas o menos coherente, con palabras que, si son despojadas del prefijo IN, no confirman la ortodoxia gramatical?
- Probaré Profesor. Aquel individuo memorizó sus cógnitas, se sintió dulgente pero dómito, hizo inventario de las familias con que tanto lo habían cordiado, y aunque se resigó a mantenerse cólume, así y todo en las noches padecía de somnio, ya que le preocupaban la flación y su cremento."

sábado, 11 de junio de 2011

Otro artículo de Med Tempus que me llamó la atención es el que se refiere a los precios exorbitantes de medicamentos de enfermedades raras.


Los fármacos de precios astronómicos


Medicamentos 400x240 Los fármacos de precios astronómicosQue las farmacéuticas no son hermanitas de la caridad es algo que está bastante claro. Después de la industria armamentística, son las empresas que más beneficios obtienen a nivel mundial. Y, así, no deja de resultar irónico que aquellas grandes compañías que se dedican a finalidades tan contradictorias como matar y curar sean las más rentables de este planeta.
Como empresas, las farmacéuticasdirigen sus investigaciones y sus fármacos buscando la rentabilidad. Es cierto que llevar a cabo grandes investigaciones de potenciales fármacos y su estudio en ensayos clínicos resulta un proceso enormemente costoso y arduo y que gracias a ello disponemos de un gran arsenal para curarnos, pero todo se enfoca para que, aún así, se obtengan beneficios económicos de muchos ceros. Para conseguirlo hay que seguir, principalmente, tres claves:
-Buscar tratamientos dirigidos a enfermedades muy frecuentes
-Buscar tratamientos dirigidos a enfermedades crónicas
-Buscar tratamientos dirigidos a países ricos
De esta manera, si tienes una enfermedad poco frecuente, propia de un país pobre y/o aguda es muy probable que las grandes farmacéuticas pasen de ti porque no eres rentable para ellos. No investigarán tratamientos para tu enfermedad quedando esta actividad relegada mayoritariamente a valientes sin ánimo de lucro, como pequeños grupos de investigación pública. En España, tenemos como ejemplo al CIBERER (Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras) una red coordinada de pequeños grupos de científicos enfocados a la investigación de enfermedades poco frecuentes.
De vez en cuando, por una carambola del destino, las farmacéuticas desarrollan y llegan a comercializar fármacos para enfermedades raras, donde el número de personas que va a consumir el fármaco es muy pequeño. Pero, como comentaba anteriormente, lo que buscan las empresas farmacéuticas es el beneficio monetario, ¿cómo recuperar la inversión de la investigación, marketing y testeo en ensayos clínicos del fármaco y, además, obtener grandes beneficios aún a pesar de que van a ser muy pocas personas las que lo consuman? Muy sencillo, poniendo precios astronómicos a los fármacos para que cada persona tenga que pagar un dineral (directa o indirectamente) por acceder a ellos.
No es casualidad, ni mucho menos, que los fármacos más caros del mundo sean aquellos dirigidos a tratar enfermedades especialmente raras. Se trata de los llamados medicamentos huérfanos que han recibido subvenciones y ayudas públicas para su desarrollo. El top de los fármacos más caros del planeta son los siguientes:
1. Soliris. Coste anual por paciente: 409.500$. Para el tratamiento de la hemoglobinuria paroxística nocturna.
2. Elaprase. Coste anual por paciente: 375.000$. Para el tratamiento del síndrome de Hunter.
3. Naglazyme. Coste anual por paciente: 365.000$. Para el tratamiento del síndrome de Maroteaux-Lamy.
4. Cinryze. Coste anual por paciente: 350.000$. Para el tratamiento del angiodema hereditario.
5. Myozyme. Coste anual por paciente: 300.000$. Para el tratamiento de la enfermedad de Pompe.
6. Arcalyst. Coste anual por paciente: 250.000$. Para el tratamiento de síndrome periódicos asociados a la criopirina.
7. Fabrazyme. Coste anual por paciente: 200.000$. Para el tratamiento de la enfermedad de Fabry.
8. Cerezyme. Coste anual por paciente: 200.000$. Para el tratamiento de la enfermedad de Gaucher.
9. Aldurazyme. Coste anual por paciente: 200.00$. Para el tratamiento del síndrome de Hurler.
Estos precios resultan totalmente prohibitivos para una persona normal que no sea multimillonaria. Las únicas formas posibles que tiene el pueblo llano para acceder a estos tratamientos es o bien a través de la inversión del Estado en la Sanidad Pública financiando estos fármacos (cuando demuestran su costo-efectividad) o bien a través de una aseguradora sanitaria especialmente importante y “generosa” cuyas cláusulas le obliguen a costearte el tratamiento, lo cual puede resultar muchas veces una quimera. Y es que si en alguna situación se hace especialmente patente que la salud es un negocio es allá donde se encuentran las personas con enfermedades raras.

El Modus Operandi del Cancer

Me pareció interesante este artículo extraído de http://medtempus.com

El modus operandi del cáncer


En el día a día nos solemos referir al cáncer como si fuera un único ente, una única enfermedad. Nada más lejos: el cáncer es la agrupación de más de 200 enfermedades distintas que comparten un nexo fundamental e importantísimo: Como si de una mafia se tratara, su modus operandi es común. Pero, ¿cuáles son esos comportamientos esenciales y tan característicos que nos permiten reconocer al cáncer?
En la investigación sobre el cáncer existen dos visiones perfectamente complementarias entre sí a la hora de conocerlo y combatirlo más de cerca. Por un lado, se investiga en qué se distingue un tipo específico de cáncer(por ejemplo, el cáncer de pulmón de células pequeñasdel resto de cánceres: ¿Cuáles son sus puntos de identidad particulares, sus debilidades, su forma, sus componentes y señales…? Básicamente, se trata de realizar un retrato robot lo más personalizado posible. Esto resulta imprescindible para que, al realizar las pruebas diagnósticas oportunas, podamos identificarlo de inmediato y, justo después de eso, lanzar un ataque lo más selectivo y personalizado posible para minimizar el daño en el cuerpo humano durante el combate.
Puede que ahora nos parezca muy lejano, pero hace apenas unas cuantas décadas, prácticamente todas las enfermedades cancerosas se trataban como si fueran iguales. En la actualidad, ya no existe ningún cáncer cuyo tratamiento no esté personalizado en mayor o menor grado y cada vez se tiende a un mayor refinamiento.
La otra visión para acercarse al cáncer es estudiarlo en su conjunto, como un todo: ¿Qué es lo que distingue a la mafia del cáncer del resto de las inofensivas células del cuerpo humano? ¿Cómo actúan y qué tienen en común? En definitiva, ¿cuál es su modus operandi?
Hace alrededor de 10 años se publicó en Cell un artículo que marcaría un antes y un después en nuestra comprensión del cáncer en su conjunto, se trataba de The Hallmarks of Cancer (Los distintivos del cáncer). Los autores ponían en común los comportamientos exclusivos que se conocían sobre el cáncer. Estas formas de actuar son básicamente seis:
Cáncer1 El modus operandi del cáncer
Fuente: Genentech
1. Potencial ilimitado de replicación. Las células cancerosas son inmortales (que no invulnerables), en el sentido de que pueden multiplicarse durante toda la eternidad si tienen las condiciones necesarias para ello. Por el contrario, las células normales sólo pueden multiplicarse un número limitado de veces. Es este potencial de replicación eterno lo que termina convirtiendo al cáncer en un monstruo que crece sin control.
2. Invasión de tejidos y metástasis. El cáncer no sólo crece sino que también invade a otras regiones del cuerpo cuando tiene la oportunidad para ello y las coloniza sin respetar para nada a los nativos. Si el viaje es corto, invade a los tejidos contiguos, pero si es largo y se utilizan como transporte la sangre o la vía linfática, se pueden invadir tejidos lejanos, es lo que llamamos metástasis. El cáncer tiene una habilidad especial para “soltarse” de un tejido, salir al torrente sanguíneo, viajar durante un tiempo y asentarse y adaptarse sin mucha dificultad a un terreno totalmente distinto del que procedía.
3. Evasión de la apoptosis (muerte celular programada). La apoptosis es el suicidio celular que nos mantiene con vida. Nuestras células están programadas para quitarse la vida cuando son demasiado viejas o funcionan demasiado mal. Sin embargo, de cuando en cuando, una célula reniega de este destino y se escapa de la apoptosis. En origen, una célula cancerosa es una célula averiada que debería haberse suicidado en su momento. Al saltarse este paso obtuvo vía libre para transformarse y funcionar mal sin restricciones.
4. Angiogénesis (formación de vasos) continua. El cáncer es un monstruo que no para de crecer, pero para ello necesita alimento. La multiplicación de las células cancerosas es tan acelerada y desorganizada que terminan por apelotonarse y evitan que las células más alejadas de los vasos sanguíneos (que son los que aportan los nutrientes) puedan alimentarse y sobrevivir. De hecho, es frecuente ver que las zonas más interiores de un tumor terminan estando muertas (necrosadas) por pura y dura inanición, al no recibir el más mínimo aporte sanguíneo. Para intentar paliar este gran inconveniente, las células cancerosas son muy hábiles en mandar determinadas señales químicas para hacer que vayan apareciendo vasos alrededor del tumor y así garantizar la supervivencia del conjunto y poder seguir creciendo.
5. Autosuficiencia en señales de crecimiento. Las células cancerosas poseen la habilidad especial de producir sus propios factores de crecimiento para proliferar independientemente del lugar en el que residan, van a su propio aire. Las células normales, por el contrario, dependen de los factores de crecimiento presentes a su alrededor para crecer o no.
6. Insensibilidad a los inhibidores de crecimiento. De la misma forma que las células del cáncer van a su aire con sus propios factores de crecimiento, también pasan olímpicamente de los inhibidores de crecimiento del ambiente que les “dicen” que paren de crecer. Esta insensibilidad a los inhibidores del crecimiento junto a la autosuficiencia en señales de crecimiento permiten que las células cancerosas tengan libertad absoluta para crecer independientemente del lugar que habiten.
En la actualidad, son bastantes los científicos que quieren proponer un séptimo distintivo del cáncer, su asociación con un microambiente inflamatorio.
Todas estas son, en su conjunto, las acciones que forman el modus operandi conocido del cáncer. Su conocimiento es la vía de partida de nuevos métodos diagnósticos y terapéuticos que permitan acorralar al cáncer por las extrañas formas que tiene de actuar y que convierten a las células cancerosas en “bichos raros” comparadas con las células normales.

miércoles, 8 de junio de 2011

La Música del Azar

Seguí entreteniéndome con Paul Auster, después de leer "La Música del Azar" puedo decir que fue el libro que más me gustó. Al principio pensé que iba a terminar cansado por leer historias de partidas de poker, pero no fue así. El libro trata de la historia de Jim Nashe y de sus múltiples desventuras después que conoce a Jack Pozzi, un cabro muy bueno para jugar poker. A ratos me acordé, no se por qué, del "Museo de cera" de Jorge Edwards.
Estoy aprovechando al máximo la Biblioteca Viva del Plaza Vespucio.