Olga está realizando el gran viaje de su vida. Mediante wasap y facebook me ha enviado algunas impresiones del viaje y varias fotos.
Me he quedado con los niños y lo que en un principio me pareció un desafío se ha transformado en otra cotidaneidad propia del dia a día.
El viaje de Olga y su ausencia en la casa me ha servido para medir mis capacidades hogareñas y acercarse más a mis hijos.
Este último tiempo ella me ha enseñado con su ausencia a valorar los pequeños grandes detalles de que está compuesta la vida.
Muchas veces le damos importancia a cosas superfluas que no valen la pena y eso nos priva de apreciar la verdadera belleza que se presenta frente a nuestros ojos.
He aprendido a ser padre, en el verdadero sentido de la palabra y es una coincidencia que esto ocurra justo en el día del padre.